Cusco, antigua capital del impero Inca o Quechua, llamada la Roma de America Latina, bien merecía una estancia prolongada para conocerla a fondo. Ademas habíamos hecho coincidir nuestra visita con el Inti Raymi, la fiesta por antonomasia en recuerdo de los incas, como el carnaval de Rio, la Oktober fest de Munich, los Sanfermines de Pamplona o la fiesta de la luna llena en Tailandia. Cusco nos iba a agotar.
La llegada por el valle Sagrado
Ya desde la salida de Puno queríamos disfrutar de todo lo que nos ofrecía Cusco y el Valle Sagrado de los Incas, por lo que hicimos el viaje en autobús que en lugar de ir directo, iba parando en los lugares arqueológicos o paisajísticos que el camino nos ofrecía. Nosotros contratamos la empresa Wonder Perú, que aunque no nos satisfizo plenamente, nos permitió tener el primer contacto con el Valle Sagrado de los Incas. El transporte sale de Puno sobre las 7,30 am y cuesta 50$ por persona e incluye el almuerzo tipo bufet, se llega a Cusco sobre las 6 de la tarde.
La experiencia con Wonder Peru Expedition nos decepcionó un poco, porque los servicios ofrecidos en el autobús, teniendo en cuenta sobre todo la comodidad del viaje, no se corresponden con el precio pagado.
La primera parada para ir entrando en calor fue en Pucará donde se visita el museo y el complejo arqueológico de Kalassaya (no confundir con el sitio arqueológico de Bolivia). La visita al museo fue interesando ya que el guía de la “expedición” (así se autodenominan) nos ofreció unas explicaciones muy interesantes sobre la cultura pucara. Además aprovechamos en la tienda para comprar unas pastillas naturales para combatir el mal de altura. Después pasamos a ver Kalassaya, también perteneciente a la cultura Pucará, que contiene seis construcciones de forma piramidal escalonada truncada de carácter ceremonial las cuales reflejan una gran concentración de mano de obra. La pirámide principal mide 300 m de largo, por 150 m de ancho y 30 m de altura, también existen sectores de túmulos funerarios y el paisaje que se divisa desde las construcciones también es singular. Tras el paseíto y ya un poco más despiertos después del madrugón matutino volvimos autobús.
Nuestra segunda parada fue en “La Raya” que es el límite entre Puno y Cusco en la que fue la altura máxima que íbamos a alcanzar en nuestro viaje 4.335 metros y donde se puede apreciar la montaña Chimboya (o nevado de Chimboya) de 5.489 metros. Allí, aunque no somos muy buenos fotógrafos, sacamos una bastante chula que os ponemos aquí abajo, ¿Qué os parece?

De “La Raya” seguimos nuestro viaje y paramos a almorzar en Sicuani en plan bufet y todos los viajeros del autobús hicimos un reportaje fotográfico a unas Alpacas que se encontraban por allí pastando, más que nada para hacer tiempo y esperar a la salida del bus.
La siguiente parada y para nosotros lo más interesante del viaje fue la de RACQCHI. Este complejo arqueológico incaico está compuesto por el impresionante templo de Viracocha (el dios supremo de los incas), que es la construcción más notable del complejo, y las colcas o almacenes en los que guardaban maíz, quinua, papa etc. y de los que hay unos 150. También ha reconstruido varios edificios, con lo que te haces una idea de cómo eran los poblados incas. Además por Raquchi pasa el Camino Inca (Qhapaq Ñan en quechua) que iba desde la actual Colombia a Argentina recorriendo todo el imperio. Nosotros sentimos un pequeño escalofrío de emoción cuando lo pisamos por primera vez, aunque posteriormente nos lo íbamos a encontrar muchas veces en los alrededores de Cusco.
Tras Raqchi la siguiente parada fue en el pueblo de Andahuaylillas para visitar su iglesia de San Pedro, que es conocida como la Capilla Sixtina de América por los frescos que recubren sus paredes y la decoración de pan de oro que cubre el techo y muchos cuadros que posee. Fue construida en el siglo XVI por los jesuitas. Cuando ve la iglesia por fuera te extraña un poco esa denominación de Capilla Sixtina por lo sencilla que parece, pero cuando pasas dentro lo entiendes todo.
Por fin (teníamos unas ganas inmensas de llegar a Cusco) llegamos a Cusco –de noche, claro- sobre las 18 horas. Llegas a la terminal privada de la Compañía, de donde tomamos un taxi no oficial para llegar a nuestro hotel y resultó ser un chaval muy majo.
Otras formas de llegar a Cusco son: autobús regular –“La Cruz del Sur” tiene servicio-, en tren, también de lujo similar al de Machu Picchu, siendo el trayecto de unas 8-10 horas aproximadamente y en avión, aunque estas última opciones son más caras…..
CUSCO
Como ya os hemos contado en el capítulo referido a la Isla del Sol, los hijos del dios Inti, Manco Cápac y Mama Ocllo bajaron desde el lago Titicaca por consejo de su padre, el dios Sol y eligieron un lugar para seguir con sus enseñanzas, que posteriormente daría lugar a Cusco.
Cuando Pizarro la conquistó diseñó la ciudad en base a la imponente Plaza de Armas, manteniéndose su ubicación hoy en día.
Cusco da para muchos días no solo la ciudad por la que te puedes perder caminando sin cansarte de admirarla, sino sus alrededores. Si te vas a quedar unos días merece la pena pagar el Boleto Turístico de Cusco que vale 130 soles y da acceso a 16 lugares de interés turístico de Cusco y alrededores, de forma que pagando las entradas a los sitios una a una sale muchísimo más caro. Lo venden en la Oficina de Turismo o en internet-. http://www.boletoturisticocusco.com/ – Y te da derecho a ver, entre otras, Sacsayuman, Pisac, Ollantaitambo,etc
A la tarde del primer día nos apuntamos a un freetour desde la plaza de armas, que luego resultó que estaba gestionado por el Hostel Loki, acompañados de dos huéspedes del Hostel un chico limeño y una señora australiana con los que disfrutamos y cogimos el ritmo a la ciudad. Acabamos en el Hostel , en la cuesta de Santa Ana, aprendiendo a hacer un Pisco Sour y no es por hacer propaganda, pero nos hubiera gustado ser 30 años más jóvenes para alojarnos allí, pues había un ambientazo impresionante de mochileros.
Los puntos más destacados de Cusco que vimos son:
.- En primer lugar la Plaza de Armas, una de las más bonitas de América. Es una plaza rodeada de soportales donde se ubica la Catedral, la Iglesia de la Compañía de Jesús, y alrededor el convento e iglesia de La Merced, el museo Inca (uno de los mejores de Cusco) y el museo de Arte Religioso. Un lugar lleno de restaurantes, tiendas, iglesias y edificios de la época de la conquista española, es aconsejable verla de día y de noche con los edificios iluminados……
.- La zona de la Iglesia de San Francisco y sus catacumbas, donde también se pude visitar el Mercado Central de San Pedro para ver los productos que venden y el ambiente que se da. Merece la pena una visita a ese mercado con sus mil tipos de maíz y de papa, sus puestos de chocolate de mil clases, los “chiringuitos” donde come la gente en el mercado, etc..
.- La Piedra de los 12 ángulos en la calle Hatunrumiyoc 480, que demuestra la perfección de la arquitectura inca, donde las piedras se hacían a medida para colocarlas con las otras. Se encontraba en el palacio de Inca Roca.
.- Coricancha. Conocido como el Templo dorado (sus paredes estaba recubiertas por láminas de oro), es la base sobre el que fue construido el convento de Santo Domingo. Anteriormente fue el centro religioso, político y geográfico de Cuzco. Es una de las ubicaciones del Inti Rayni. El museo de Coricancha entra en el boleto turístico de Cuzco.
.- Barrio de San Blas, uno de los lugares más bonitos de Cusco, también conocido como el balcón de Cusco. Barrio de artistas desde tiempo de los incas.
.- EXCURSIONES CERCA DE CUSCO: TAMBOMACHAY, PUKA PUKARA, KENKO y SACSAYHUAMAN
De las múltiples opciones que ofrecen los alrededores de Cusco para visitar optamos por visitar estos cuatros sitios en una excursión de día. Optamos por un taxi para que nos llevara a la localización más lejana –Tambomachay- y luego desplazarnos por nuestra cuenta a los demás sitios y regresar a Cusco. Aunque nosotros optamos por el Taxi, también hay transporte público hasta allí (en la oficina de turismo te informan sobre ello). El calor iba a apretar, por lo que nos esperaba una buena paliza!
. A las 8 a.m. salimos de nuestro hotel en taxi y en una media hora, más o menos llegamos a Tambomachay. Es una construcción inca dedicada al agua y se cree era un especie de balneario que se usaba para que el Inca pudiera descansar. Hay dos cascadas artificiales que aprovechan las caídas de agua de los manantiales cercanos. Aunque cuando estuvimos nosotros (junio) era la estación seca y prácticamente no había agua. No es muy grande y se tarda poco en visitarlo. Hay una pequeña caminata desde la entrada por un camino donde se ponen vendedores ambulantes para vender recuerdos.
. Seguidamente y tras una caminata por la carretera de no más de 5 minutos llegamos a Puka Pukara, que se ve desde el mismo Tambomachay. Son los restos de una fortificación militar con muros y escalinatas. Está en un alto y se cree que tenía alguna función relacionada con las estancias del Inca en Tambomachay. Las vistas desde Puka Pukara son interesantes. Para ir a nuestro siguiente destino, tomamos un autobús público que para en la misma puerta y ¡cómo no! con la increíble suerte, folla, potra o como la queráis llamar… que tiene Maite, según estábamos saliendo apareció el autobús, por lo que no tuvimos que esperar ni un minuto y por un sol nos plantamos a la entrada del pueblo de Kenko.
. Antes de llegar a los restos arqueológicos de Kenko un lugareño nos indicó que había unos restos menos conocidos “el templo de la luna”. Desde donde para el autobús yendo hacia el pueblo está indicado. Se supone que es un adoratorio para hacer ofrendas a la luna. Allí nos encontramos a un viejecillo amblemente. que nos contó alguna historia y luego nos indicó de donde salía el camino del Inca – la “autopista” que cruzaba todo el imperio-. Este señor, que era muy mayor, subía con mucha dificultad todos los días al templo, se vestía con ropas locales para los turistas y así sacaba algún dinerillo. Así que, gracias a sus indicaciones, tuvimos la oportunidad de usar el camino inca para ir hasta el complejo arqueológico de Kenko, que se divide en dos partes el “grande” y “el chico”. Es una especie de anfiteatro que tiene varias galerías subterráneas. Es también un adoratorio de los Incas, aunque no se conoce muy bien la función que ocupaba.
. De ahí nos dirigimos a la famosa fortaleza de Sacsayuaman. Nos acercamos también dando una caminata, esta un poco más costosa por la distancia y el cansancio acumulado. Es una fortaleza impresionante, tanto por sus dimensiones como por los grandes bloques graníticos que usaron para su construcción, todos ellos cortados a medida. Se dice que es la obra más grande que hicieron los incas durante su imperio. Parece ser que Puno fue diseñada en forma de Puma y esa fortaleza correspondería a la cabeza de ese puma. En la celebración del Inti Raymi es el escenario principal, de hecho cuando nosotros estuvimos estaban ensayando la ceremonia, y desde el mismo se ven unas vistas espectaculares de Cuzco, se puede apreciar hasta la plaza de armas. Esta panóramica de Cusco nos la recomendó un simpático arqueólogo británico que se encontraba allí trabajando con su equipo. Tras la visita a Sacsayuaman y derrengados por la caminata y el calor que soportamos nos dirigimos a Cusco a través del barrio de San Blas, en un paseo cuesta debajo de unos 20 minutos. Y cuando no pudimos más Y nos paramos a tomar una cervecita en un hotel muy coqueto y nos dijeron que a la noche ponían opera, así que, como más adelante os contamos, fuimos allí a cenar…

Sacsayuaman
Nosotros nos alojamos en el hostal el Andariego, (calle San Andrés 270) que era céntrico y al estar situado en un patio interior era tranquilo por lo que pudimos descansar bien a pesar del bullicio del Inti Raymi. El lugar era básico, pero el desayuno estaba sabrosón, así que salíamos todos los días bastante animados.
No acertamos demasiado en el aspecto gastronómico o quizás era que teníamos el listón alto, ya que veníamos de comer muy bien en Arequipa y Lima e incluso en Puno.
Fuimos la primera y la última noche a una pizzería –Chez Maggy- en la calle Procuradores- que pertenece a una franquicia y la verdad es que para el precio que pagamos los dos días cenamos unas pizzas muy ricas hechas al horno y con una jarrita de vino “peleón” que nos sentó muy bien. También estuvimos tomando algo en el famoso “Cicciolina” (Calle Triunfo 393) al que un amigo, que había estado hace poco en Cusco, nos recomendó que nos había recomendado un amigo …??. La verdad es que nos defraudó un poco, no había sitio (parece que está de moda) y tomamos un vino y pedimos un pincho en la barra, pero no nos gustó mucho. Lo bueno es que este restaurante te da la opción de cenar de “pinchos” pero es un poco caro.
El día que nos hicimos la excursión a Sacsayuaman almorzamos un poco tarde en el “Restaurante A mi Manera”, que está cerca del “Cicciolina”, donde estábamos prácticamente solos y no estuvo mal, comimos aji de gallina y una especie de plato de quinoa tostada con verduras y flores. Y por poner otro sitio cenamos en el restaurante “Divina Comedia” a donde fuimos porque al bajar de Sacsayman paramos en el hotel a tomar una cerveza y el camarero nos dijo que la cena la amenizaban un pianista y una cantante con piezas de ópera y aunque la música y la atención de los camareros fue buena, la comida no tanto: Unas conchitas para compartir –estaban frías-(calentadas al microondas) y un plato de lomo strogonoff y alpaca a la plancha mucho. Aparte comimos un par de “menús del día” en establecimientos más populares por muy poco precio (6 ó 7 soles).